Creándome.

      Ha pasado ya un tiempo desde que decidí hacer un gran cambio, algo significativo, algo que me permitiera descubrir cosas en mí, buenas y malas, las buenas con intención de mantenerlas, y las malas para eliminarlas por completo. He estado haciendo un tipo de limpieza interna, purificando mi alma y, a su vez, poniendo en armonía todo lo que soy.

    Últimamente me he visto desde un ángulo diferente cada vez que llevo acabo una acción, cualquier acción, un saludo, un abrazo, hablar, callar, mirar, reír, y muchas otras, todo con la intención de verme y preguntarme “es esto lo que realmente quiero hacer”, las respuesta variaban mucho, a veces la acción no era la correcta, a veces quería hacer otra cosa, pero algo me lo impedía, fueron tantas veces las que me cohibía, pero eso cambio, porque yo decidí cambiar, decidí convertirme en una persona asertiva y, de esta manera, reconstruir lo que soy.

     Al tú cambiar, tu entorno cambia, todo es diferente para el “lo que soy”. Cuando digo eso, quiero significar que todo en este mundo evoluciona y, nosotros, como seres, no somos la excepción, por lo tanto, debemos adaptarnos.

      Todo cambio conlleva a una adaptación del “lo que soy” y para que esta adaptación se dé de manera significativa, se debe modificar lo que eres, lo que has sido, para darle la bienvenida a lo que serás , que con el tiempo evolucionará, y que de nuevo deberás modificar; ha de ser constante.

    Es realmente interesante todo lo que somos como seres humanos, desde lo más insignificante hasta lo más significante, desde lo más simple hasta lo más complejo, es toda una travesía ser quienes somos, realmente lo es, pero el que lo sea, lo hace interesante.